Ya no estás.

Te marchaste sin saber que,
al irte,
mi corazón te seguía.

Te marchaste sin saber que,
yo,
te quería.

Te marchaste,
sin avisar y,
tu partida, 
me dejó totalmente perdida.

Te marchaste,
y no dijiste,
cuando volverías.

Te marchaste,
demasiado rápido,
mi vida.

Te marchaste y,
me cuesta aceptar 
aquélla que ni siquiera
fue una despedida.

Te marchaste y,
hasta las pequeñas cosas,
me hacían recordarte.

Te marchaste,
y no recuerdas que,
un tiempo atrás,
nuestros latidos iban al compás.

Te marchaste y
no me dijiste,
 cómo podía olvidarte.

Te marchaste,
pero, 
a día de hoy,
yo sigo esperándote. 

3 comentarios:

  1. Oh, ¡cuánto me ha gustado la poesía! Has conseguido hacerme sentir la tristeza del poema...

    ¡Bellísimas palabras!

    HTR.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Leer esto y sonreír.
      La verdad es que no creía que iba a llegar a nadie, aunque siempre es mi intención y, leer que sí, es maravilloso.
      ¡Muchísimas gracias!

      Eliminar
  2. Holi, no sé como he llegado aquí pero me ha encantado, no, es más, me ha dejado sin palabras, es precioso.

    ResponderEliminar