¡Mírate!
Por más que yo lo hago, no hay manera.
Tú no eres aquélla que un día eras.
Has cambiado.
De la noche a la mañana, es como si te
hubieras esfumado.
Has dejado que unas palabras,
de gente a la que ni importabas,
te cambiaran.
Y mírate, ya no eres nada de lo que antes
eras.
Has perdido tu propia esencia.
Ahora es como si llevaras impresa,
la de la sociedad en tus venas.
Pero no es tarde.
Nunca es tarde para cambiar.
Nunca lo es para soñar,
para decir la verdad,
para amar.
Y yo te amo.
Bueno, amaba a la persona que un día eras.
Huiste, pero puedes volver a ser tú.
Sólo tienes que encontrar la manera.
Sólo tienes que encontrar la manera.